jueves, 1 de noviembre de 2007

BIOGRAFIA DE BUDA UN GRAN LIDER ESPIRITUAL



Infancia
Siddhārtha del clan de Gautama nació alrededor del año 563 AEC en Kapilavastu (según otros, en Lumbini), una aldea del Terai (en el actual Nepal), a los pies de los montes Himalayas, en el seno de una familia noble. Su padre, Śuddhodana, era el rey del clan Śākya y poseía un suntuoso palacio en Kapilavastu, a orillas del Ganges.

Su madre Māyā Devi era una de las esposas de rey, y dice la leyenda que fue fecundada por un pequeño y bello elefante provisto de seis colmillos que le hirió delicadamente su regazo sin causarle dolor. Al nacer, el pequeño Siddhārtha habría aparecido ante su madre sobre un loto mientras una suave lluvia de pétalos caía sobre ambos, y dijo: "Triunfaré del nacimiento y de la muerte y venceré a todos los demonios que hostigan al hombre."

Según otra versión, Māyā soñó una noche que un pequeño elefante con seis cuernos y cabeza color rojo rubí, bajaba del cielo y entraba en su vientre por el lado derecho. Ocho sacerdotes le explicaron a su esposo que el niño sería santo y alcanzaría la sabiduría perfecta. Más tarde ella salió al jardín de Lumbini con sus sirvientas y caminó bajo un árbol sala, el cual se inclinó. La reina se colgó de una rama y miró a los cielos. En ese momento Siddhārtha surgió de su lado.

Dice también la leyenda, que cuando Buda nació recobraron la vista los ciegos, los sordomudos hablaron y una música celestial llenó el mundo. Māyā murió al poco de nacer Siddhārtha y el pequeño fue educado por su tía Pajapati. Los primeros años de la vida del príncipe Siddhārtha transcurrieron completamente ajenos a toda actividad espiritual. Según la leyenda, poco después de su nacimiento fue visitado por el brahmán Asita, un asceta de gran reputación por su sabiduría y por sus dotes para interpretar presagios. El sabio brahmán había predicho que Siddhārtha llegaría a ser un líder mundial o un maestro religioso, lo que consternó a su padre, Śuddhodana, que quería que su hijo siguiera sus mismos pasos y que un día le sucediera en el trono. Pensó que el mejor modo de evitarle la tendencia a la religiosidad consistía en impedirle toda experiencia con el lado amargo de la vida, de modo que creó en torno a él una burbuja hermética hecha de placeres y sin el menor contacto con las realidades de la vida.

Siddhārtha creció en el palacio de su padre rodeado de lujos y comodidades. Cuando alcanzó la adolescencia se casó con su prima Yaśodhara y, cerca de los treinta años, tuvo un hijo, Rahula, que significa "obstáculo" y también "cadena". Su hijo fue llamado así debido a que por causa de él, estuvo más tiempo en Palacio del que tenía previsto.

A Siddhārtha comenzó a roerle la curiosidad por conocer cómo eran las cosas en el mundo exterior y pidió permiso a su padre para satisfacer su deseo. Śuddhodana accedió, pero preparó la salida de su hijo ordenando que despejaran las calles de toda visión que pudiera herir la sobreprotegida conciencia del príncipe. No obstante, sus cuidadosos arreglos fracasaron pues Siddhārtha, aclamado por la multitud a su paso por las calles, no pudo dejar de percibir el dolor bajo sus formas más agudas, por primera vez se percató de la gente vieja, enferma y hasta moribunda.


Abandono del hogar
Siddhārtha fue criado al estilo de un príncipe hasta los 29 años, cuando abandonó su hogar.


El descubrimiento de Du Josirri la enfermedad y la muerte fue traumático para él. Se dio cuenta que también él estaba sujeto al mismo destino que sufrían todos los hombres y su ánimo se tornó sombrío, pues se preguntaba cómo alguien podía vivir en paz y felicidad si esto era lo que le deparaba la vida. En una nueva salida al exterior, el príncipe vio a un anacoreta, un monje mendicante, y se sintió tan impresionado por el carácter apacible de aquel hombre, así como por su porte lleno de dignidad a pesar de sus ropajes harapientos, que sospechó que el mendicante había hecho una especie de pacto con la vejez, la enfermedad y la muerte. Decidió adoptar, también él, la vida de los monjes que vivían en extremo ascetismo (con la creencia de que el cuerpo necesita la disciplina de la mente o espíritu), no sin antes pasar unos años como mendigo para encontrar la respuesta.

Siddhārtha abandonó su hogar, dejando atrás a su esposa y a su hijo, cuando tenía 30 años. Se echó al mundo con la cabeza rapada y ataviado con los andrajos propios de un asceta, sin dinero ni bienes de ninguna clase.

Aprendió dos cosas de suma importancia: primero, que la meditación y la concentración no conducían a la liberación total, sino que era preciso algo más; y segundo, que, llegado cierto instante, ningún maestro era capaz de enseñar nada más. Siddhārtha partió decidido a no seguir buscando fuentes externas de sabiduría, sino a encontrarlas dentro de sí mismo, en la fuente que manaba dentro de su corazón.


Iluminación [editar]Al final de su periplo Siddhārtha caminó apesadumbrado hasta sentarse bajo la sombra de una higuera de la India, el árbol llamado bo o bodhi (higuera, ficus religiosa), considerado el árbol de la sabiduría.


Busto de Siddhārtha Gautama. De Gandhara, siglos I-II. Musee Guimet, Paris.Una noche de luna llena decidió no levantarse hasta que hallara la respuesta a los enigmas de la vida ;La culminación de sus meditaciones llegó cuando tomó conciencia de que ya se había liberado definitivamente de toda pasión, hasta el punto de que ni siquiera pesaba sobre él la ilusión del yo: su verdadero ser estaba más allá de las dualidades dolor-placer, espacio-tiempo, vida-muerte. Comprendió que nunca más volvería a renacer, que había roto el eterno girar de la Rueda de la Vida. Esto era el Nirvana.

Siddhārtha despertó de sus meditaciones convertido en Buda, "El Despierto", "El Iluminado". La iluminación se produjo en un lugar llamado Bodhgaya, en el estado indio del Bihar. El Buda siguió sentado bajo el árbol de bodhi durante cierto tiempo, disfrutando en soledad de la dicha de la liberación.


Muerte [editar]Siddhārtha Gautama murió alrededor del año 486 adC, a los 80 años de edad. La causa fue una intoxicación alimenticia que le produjo vómitos, hemorragias y grandes dolores que, según los testimonios, soportó con gran entereza. Finalmente, se recostó en un bosquecillo de mangos en Kuśīnagara, a unos 175 kilómetros al noroeste de Patna. Allí, rodeado de sus discípulos, alcanzó la paz eterna de la extinción completa, el paranirvana, un estado al que sólo acceden los que han alcanzado el nirvana durante su existencia. Durante este proceso dejó su "testamento" el Nirvana Sutra, donde resume toda su enseñanza y aclara los puntos que él vio que no estaban bien comprendidos. Dado que Buda vive 80 años, se atribuyen a su enseñanza una gran cantidad de textos, él lo describe como “único, perfecto, puro.... el más excelente, el más importante de todos los Sutras ".

El término proviene del sánscrito बुद्ध, buddha: ‘consciente’, ‘inteligente’, ‘despierto’, ‘iluminado’. Etimológicamente deriva del verbo budh: ‘despertar, prestar atención, darse cuenta, entender, recuperar la conciencia después de un desmayo’.

Buddha es según el budismo, la denominación que reciben aquellos individuos que han realizado su naturaleza Buddha. En la actualidad, el término se utiliza para identificar a Siddhārtha Gautama, el maestro fundador espiritual del budismo, a quien se consideraba «el Buda de nuestra era». Otra acepción es como apelativo o empleado para dar un ejemplo de un ser humano que ha "despertado" a lo REAL.

Los budistas dicen que el Buda Gautama no es el primer buda, ni el último. Técnicamente, un buda es aquel que ha realizado el dharma (esto es, la Verdad; la naturaleza de la realidad, de la mente, de la aflicción del ser humano y del camino correcto para la liberación) a través de la iluminación, se hace consciente luego de mantener un karma (intención) bueno y al abandonar todas las acciones negativas. El logro del Nirvana entre los tres tipos de Buda es el mismo, pero el samma-sambuddha tiene más cualidades y capacidades que los otros dos. Los tres tipos de Buda son:

el samma-sambuddha o aquel que, sin un maestro, logra una completa iluminación por su propio esfuerzo.
el pacceka-buddha o "pratyeka-buddha", quien actúa tal como el samma-sambuda pero guarda el dharma para sí.
el savaka-buddha (sa: ‘con’, vac: ‘palabras’) o aquel que es un arahant (un discípulo iluminado), pero ha logrado la iluminación al oír el dharma.
Debido a ciertas mal interpretaciones muy comunes, se debe enfatizar que el Buda no es Dios. Esto no sólo lo aseguró el mismo Buda Gautama, sino que la misma cosmovisión budista hace esta distinción al afirmar que el estado del Buda sólo lo pueden lograr los seres humanos (pero no se limita a esta humanidad en particular), en quienes reside el mayor potencial para la iluminación.

El Buda Gautama también afirmó que no existen intermediarios entre la humanidad y lo divino; los dioses lejanos y los mismos dioses se rigen por el karma en los cielos. El Buda es tan sólo un ejemplo, un guía y un maestro para aquellos seres que deben recorrer la senda por su cuenta, lograr el despertar espiritual y ver la verdad y la realidad tal como son. El sistema budista de filosofía y práctica meditativa no fue una revelación divina, sino más bien el entendimiento de la verdadera naturaleza de la Mente y tal entendimiento puede ser descubierto por cualquiera. Es el adentrarse en la realidad lo que se logra al comprender la impactante verdad que la ignorancia puede eliminarse.